Consulta de fisioterapia del suelo pélvico
Consulta de fisioterapia del suelo pélvico
Tanto el embarazo como el postparto son épocas de cambios físicos, hormonales, psicológicos y fisiológicos: todo tu cuerpo y tu estáis cambiando.
El embarazo es una época en la que prepararte tanto para el parto como para el postparto, de hecho, es necesario que utilices los meses de embarazo para cuidarte al máximo y que puedas disfrutar de esta etapa, vayas mejor preparada y con menos miedo al parto, y tengas una mejor recuperación tras dar a luz.
Si bien cada persona y cada embarazo son un mundo, hay una serie de factores comunes que podemos abordar desde la fisioterapia.
Lo más frecuente es que aparezcan escapes de orina, pero también vemos un aumento de la frecuencia con la que vamos al baño y sensación de que no terminamos de vaciar la vejiga.
Con el cambio de postura por el aumento del peso del bebé es normal que nuestra musculatura se resienta, además del aumento de flexibilidad de nuestras articulaciones.
Esto es muy habitual, por no hablar de las patadas del bebé.
Dolor y/o molestias durante o después de las relaciones sexuales son menos frecuentes pero también se dan.
La ubicación del bebé junto a todos los cambios normales del embarazo contribuyen a que aparezcan hemorroides y mucha retención de líquidos, siendo recomendable hacer drenajes linfáticos.
Creo que este punto es el más frecuente, para ir más tranquilas es importante tener información realista y adaptada a ti y a tu situación.
Tu cuerpo ha estado cambiando durante tu embarazo, es normal que después del parto aún notes que no vuelves a estar como antes: la tan temida diástasis, flacidez, gases, menor sensibilidad en las relaciones con penetración o dolor durante estas, dolor lumbar o en las costillas, etc.
Es importante ir al fisio para ver cómo han quedado los tejidos tras tu parto (ya sea vaginal, con o sin episiotomía o por cesárea), valorar las tensiones que se han generado y ayudar en la recuperación y prevención de problemas secundarios como por ejemplo los prolapsos, incontinencias y otros.
Recuerda que cuidarte a ti es cuidar también a tu bebé, si tienes cualquier molestia, no dudes en pedir una valoración.
En absoluto, pero es importante que nos recuerdes en qué semana estás para saber qué podemos hacer, qué no y adaptar nuestro tratamiento.
Lo que si es contraproducente es el uso de técnicas como la electroestimulación, las manipulaciones (o crujidos) y las técnicas invasivas.
No hace falta ninguna preparación para la sesión de suelo pélvico, no tienes que venir rasurado o depilada, ni aplicar ningún tipo de crema, supositorio ni nada por el estilo.
Sin embargo, es recomendable que, si tienes algún informe o prueba médica, la traigas para una valoración más completa.
Si bien es verdad que habrá que explorar la zona perineal, esto se hará siempre colocando una sábana por encima para la mayor comodidad de ambas partes.
La exploración anal o vaginal da mucha información, pero esta no es la única forma de obtenerla. Si prefieres que no se haga, tenemos alternativas en la clínica como la ecografía, la palpación externa y el biofeedback.
Tanto el embarazo como el postparto son épocas de cambios físicos, hormonales, psicológicos y fisiológicos: todo tu cuerpo y tu estáis cambiando.
El embarazo es una época en la que prepararte tanto para el parto como para el postparto, de hecho, es necesario que utilices los meses de embarazo para cuidarte al máximo y que puedas disfrutar de esta etapa, vayas mejor preparada y con menos miedo al parto, y tengas una mejor recuperación tras dar a luz.
Si bien cada persona y cada embarazo son un mundo, hay una serie de factores comunes que podemos abordar desde la fisioterapia.
Lo más frecuente es que aparezcan escapes de orina, pero también vemos un aumento de la frecuencia con la que vamos al baño y sensación de que no terminamos de vaciar la vejiga.
Con el cambio de postura por el aumento del peso del bebé es normal que nuestra musculatura se resienta, además del aumento de flexibilidad de nuestras articulaciones.
Esto es muy habitual, por no hablar de las patadas del bebé.
Dolor y/o molestias durante o después de las relaciones sexuales son menos frecuentes pero también se dan.
La ubicación del bebé junto a todos los cambios normales del embarazo contribuyen a que aparezcan hemorroides y mucha retención de líquidos, siendo recomendable hacer drenajes linfáticos.
Creo que este punto es el más frecuente, para ir más tranquilas es importante tener información realista y adaptada a ti y a tu situación.
Tu cuerpo ha estado cambiando durante tu embarazo, es normal que después del parto aún notes que no vuelves a estar como antes: la tan temida diástasis, flacidez, gases, menor sensibilidad en las relaciones con penetración o dolor durante estas, dolor lumbar o en las costillas, etc.
Es importante ir al fisio para ver cómo han quedado los tejidos tras tu parto (ya sea vaginal, con o sin episiotomía o por cesárea), valorar las tensiones que se han generado y ayudar en la recuperación y prevención de problemas secundarios como por ejemplo los prolapsos, incontinencias y otros.
Recuerda que cuidarte a ti es cuidar también a tu bebé, si tienes cualquier molestia, no dudes en pedir una valoración.
En absoluto, pero es importante que nos recuerdes en qué semana estás para saber qué podemos hacer, qué no y adaptar nuestro tratamiento.
Lo que si es contraproducente es el uso de técnicas como la electroestimulación, las manipulaciones (o crujidos) y las técnicas invasivas.
No hace falta ninguna preparación para la sesión de suelo pélvico, no tienes que venir rasurado o depilada, ni aplicar ningún tipo de crema, supositorio ni nada por el estilo.
Sin embargo, es recomendable que, si tienes algún informe o prueba médica, la traigas para una valoración más completa.
Si bien es verdad que habrá que explorar la zona perineal, esto se hará siempre colocando una sábana por encima para la mayor comodidad de ambas partes.
La exploración anal o vaginal da mucha información, pero esta no es la única forma de obtenerla. Si prefieres que no se haga, tenemos alternativas en la clínica como la ecografía, la palpación externa y el biofeedback.